Son procedimientos y técnicas que consisten en mecanismos para alterar el entorno de un individuo y así ayudarle a funcionar más adecuadamente. Implica la aplicación sistemática de los principios y las técnicas de aprendizaje para evaluar y mejorar los comportamientos encubiertos y manifiestos de las personas y facilitar así un funcionamiento favorable. Los comportamientos que quiere alcanzar el tratamiento conductual se denominan conductas objetivo. Para ello se realiza una evaluación conductual que implica la recogida y el análisis de datos e información para
Identificar y describir los objetivos
Identificar posibles causas de la conducta
Evaluar el resultado de la intervención
Implantar y fomentar una nueva conducta que en una persona no dispone en su forma habitual de comportase Incrementar y optimizar conductas que la persona tiene escasamente establecidas en su forma habitual de comportarse Reducir la frecuencia, intensidad o duración de una conducta, que en esos momentos resulta molesta o inadecuada. Extinguir o eliminar una conducta que, en su mínima expresión, resulta nociva o un serio riesgo para el propio sujeto, para los demás.
El objetivo principal, por supuesto, es para reemplazar comportamientos negativos por otros positivos para mejorar el funcionamiento de la familia y en la comunidad. Sin embargo, hay otros beneficios que pueden obtenerse de la terapia de conducta
Inversión de los patrones negativos de pensamiento, dirigiendo los malos hábitos
Apropiadamente tratando con el estrés y la frustración
Participando positivamente en una variedad de actividades
El establecimiento de objetivos para reemplazar los patrones negativos de comportamiento con los positivos
Nuevas formas de técnicas de aprendizaje y de auto-ayuda son reforzadas
Aumento de la autoestima
Mejorando el rendimiento en la escuela, en casa y en situaciones sociales.